¿Lider o seguidor? Una historia de víctimas y protagonistas.

Corría el año 1200 en Paris y era verano. Un sol radiante, acompañado de altas temperaturas reinaban sobre la Capital Francesa. Un peregrino español estaba conociendo la ciudad, cuando observó con curiosidad una gran construcción que estaba justo frente a sus ojos. Se acercó a ver y se encontró con 3 obreros que trabajaban con el fuerte sol a sus espaldas.

Este peregrino quería conocer de qué se trataba la gran obra y decidió entablar una conversación con los tres obreros y les preguntó entonces; ¿podrían contarme por favor qué están haciendo aquí? El primer obrero, con voz lúgubre, resignada y enfadada y sin levantar su cabeza contestó: “pues yo estoy picando piedra ¿acaso es usted ciego? Qué pregunta más estúpida, pues picar piedra es lo que hacemos aquí” El peregrino, sorprendido y avergonzado por tan grosera respuesta, guardó silencio, esperando que alguno de los otros dos obreros respondiera con gentileza y pudiera calmar su curiosidad de saber en realidad de qué se trataba esa obra que se levantaba tanta imponencia.

El segundo obrero contestó, inclinando la mirada levemente hacia el peregrino, con voz afligida y sin detener su trabajo: “yo estoy aquí trabajando muy fuerte bajo este inclemente sol para llevar un bocado de pan a mi familia; no hay muchos trabajos disponibles en Paris, así que tuve que aceptar éste para que mi familia y yo no muriéramos de hambre” El peregrino, sorprendido con las dos primeras respuestas, guardó silencio esperando a que el último obrero le contara algo más, pues aún no satisfacía su curiosidad. Al cabo de unos segundos el ultimo obrero contestó con una gran sonrisa y mirándolo directo a los ojos;

Yo estoy construyendo la catedral más bella del mundo entero, el centro de adoración más importante de todos en la historia, estoy dando vida a la Catedral de Notre Dame, hago parte de esta estupenda obra que será reconocida en toda la humanidad por su impecable hermosura.

Aquí en esta historia hay tres formas de estar en el mundo que seguramente identificas en tus empleados y por supuesto, en muchas personas a tu alrededor y en ocasiones, en tu propia vida.

Las personas que perciben su trabajo (y todas sus circunstancias) como el primer obrero están viviendo desde la obligación, el desgano, el descontento y la pesadez de una vida que odian y no hacen nada para buscar lo que quieren.  Muy seguramente las características del trabajo en este tipo de personas tengan desvíos en sus indicadores de calidad, a lo mejor cumplan con lo mínimo que se les pide, pero te aseguro que al final del día, el trabajo que hacen no está teniendo un impacto positivo en la vida de nadie, empezando por el empleado y su familia. Mi abuela paterna decía que un trabajo que odias te da pan de amargura y es precisamente este caso, en el que los empleados actúan desde el resentimiento contra su empresa por estar viviendo una vida que no tiene coherencia, detestando cada día sus trabajos y sus condiciones, viviendo desde la escasez, culpando al mundo por sus dolores y evitando responsabilizarse de sus resultados.

¿Te suena? Este primer obrero representa a la gente que eligió pensar que su trabajo no vale, precisamente porque no se sienten valiosos en su integridad; personas que eligen vivir en emociones de sufrimiento, ira, dolor, venganza e indefensión; gente que elige cada día tener actitudes nocivas y contraproducentes que los conducen a la infelicidad; a la perspectiva pesimista de cualquier situación y a la creación de relaciones agresivas con su entorno. ¿te imaginas lo que pueden sentir tus clientes si son atendidos por un empleado con la mentalidad del primer obrero?

El modelo mental del segundo obrero es aquel que fluye sólo impulsado por su necesidad; el que, al igual que el primer obrero, no le ve sentido a su trabajo y solo está enfocado en sobrevivir, en subsanar lo básico; es quien ve el trabajo como un medio y no como un fin, quien aún permanece en el primer nivel de la pirámide de Maslow, quien aún no descubre que hay algo más allá que dormir, alimentarse y reproducirse; quien vive sólo en función de dar alimento y techo a su familia. Este obrero permanecerá en ese trabajo sólo hasta que encuentre otro donde tenga que hacer menos esfuerzo, así el pago sea el mismo, porque no siente compromiso alguno con su labor, no se siente orgulloso de hacer lo que hace y sólo tiene su vida enfocada en la sobrevivencia. ¿Conoces personas así? ¿Trabajas con personas así? Está bien, y estas personas son viables en la cadena productiva, todas las personas lo son, pero ¿qué pasaría si su manera de estar en el mundo tuviera un propósito superior en vez de una simple necesidad de subsistir?  ¿qué pasaría si tuviera a alguien que lo liderara y pudiera darle herramientas para encontrar sentido a sus días? ¿qué pasaría si su líder lo inspira para hacer mejor su trabajo, le contagia las ganas de ser ejemplar integrando su necesidad con la capacidad de contribuir desde su talento, perfeccionando su habilidad? ¿tendría más posibilidades? ¿Tendría más oportunidades? ¿sería igual la calidad y la cantidad de su trabajo?

El tercer obrero representa aquellas personas que son dueñas de su destino y trabajan, de igual modo con el fin de llevar alimento a sus casas, de suplir lo básico, pero tienen ese brillo especial que los hace diferentes en su trato, en su lenguaje, y sobre todo en sus resultados.  Este obrero, al igual que los otros dos, pica piedra, lleva pan a su casa y recibe el salario a cambio de su esfuerzo, pero con un gran diferencial que radica en un enfoque de realización de su propósito, se siente orgulloso de estar contribuyendo a un fin más grande, que trascenderá, que dejará huella, que será memorable. El tercer obrero tiene su alma y su corazón alineado con el sueño de ver realizada la gran obra, ha desarrollado el don del agradecimiento, ha decidido ver el vaso medio lleno, construye relaciones de valor en su entorno; hace que sea más fácil trabajar a su lado, colabora con el cumplimiento de las metas de su Empresa; ha optado por ser el protagonista de su vida y está resuelto a hacer parte de una historia que hará historia.

¿Te has preguntado a cuál obrero te pareces Tú? ¿Con los ojos de cuál obrero ven la vida tus empleados? ¿En manos de cuál obrero están tus clientes? ¿Desde qué enfoque están actuando tus Líderes? ¿Qué puedes hacer para llevar a tu organización a construir una gran Catedral cada día? ¿Qué haces ahora mismo para guiar a tus empleados a catapultar sus habilidades técnicas y humanas para aportar a una gran obra que haga historia, que rompa récords, que construya más riqueza?

SÍ es posible transformar a los dos primeros obreros (y a tus líderes) en protagonistas de la historia, desde la visión integradora y apreciativa y entrenar en ellos su inteligencia emocional y práctica para aprovechar sus talentos, darles herramientas que los ayuden a vivir y a trabajar desde la perspectiva de un propósito compartido, siendo luz y liderando desde la abundancia. Es posible redirigir sus esfuerzos a resultados disruptivos y consistentes, a partir de su auto conocimiento, desde los valores fundamentales como la autoconciencia, el agradecimiento, el orgullo y la alegría de pertenecer, el balance emocional y la autonomía.

Estoy segura de que quieres tener buenos líderes, lideres que transformen, que guíen y que ayudan a brillar a otros; pero ¿qué tanto tiempo, recursos y esfuerzos inviertes en ti y en ayudar a tu gente a que puedan desarrollar las habilidades que necesitan y ponerlas al servicio de la gran obra que hace tu Empresa para que impacte positivamente la vida de tus clientes?

Desde Génesis Pro estamos listos para ayudarte; somos especialistas en formación de Líderes de Primer Nivel, apoyados en nuestra metodología SER-HACER-TENER. Lo que hacemos es guiar a las personas a que inicien su auto conocimiento, su auto cuestionamiento y se enfoquen en planes de acción concretos que los lleven a los resultados que buscan, desde su propia comprensión y la alienación de su propósito superior con los valores corporativos de su Organización.  Conversemos y diseñemos el plan que enrute a sus lideres a pensar desde la abundancia y a hacerse protagonistas de sus propias historias, desde HOY.