Mentalidad de Abundancia: Expandiendo las fronteras del dinero y el éxito
Mentalidad de Abundancia: Expandiendo las fronteras del dinero y el éxito
Una cultura empresarial de abundancia está caracterizada por la suma de aspectos positivos que dan brillo a la organización, prácticas de excelencia, capacidad de aprender y adaptarse a los cambios, claridad en su misión, creencia profunda en sus valores fundamentales y amor por su propósito.
En la conciencia colectiva está instaurado el concepto de abundancia en una relación estrecha con el dinero y las comodidades. Mi enfoque es diferente, se sale de la caja y aborda una integralidad que comparte varios factores al interior de la abundancia y tan solo uno de ellos es el dinero. La abundancia es una estructura que implica la trilogía mentalidad, éxito y dinero.
«El caminar por la vida me ha enseñado lecciones importantes que tatuaron en mi piel el amor por la abundancia. Sí, amo la abundancia, entendida ésta en su vasta amplitud, entendida ésta desde su perspectiva amarrada al placer de compartir, de contribuir al crecimiento de otros, de servir desde el gusto mismo de hacerlo, de mirar al otro en su grandeza, de abarcar cada reto con la confianza de verlo realizado»
No puedes valorar, amar ni buscar la abundancia si no has vivido algún día en escasez, en ausencia de esperanza, en austeridad material y/o espiritual.
La abundancia no solo es tener dinero en tus bolsillos y en tu cuenta bancaria, la abundancia no solo es poseer bienes y tener gente que hace lo que dices; la abundancia va mucho más allá.
La abundancia nace en la mentalidad, en la manera de agradecer el pasado, de valorar el presente y de concebir el futuro. Mentalidad de abundancia es invertir tiempo, energía y dinero en formarte, en desaprender, reaprender y por qué no emprender ese nuevo reto, ese trabajo hecho con amor, esa nueva empresa.
Mentalidad de abundancia es ser consiente del poder de tus pensamientos y asumir con valentía el desafío de mantener constantemente enfocada lo que yo llamo la “dupla maravilla”: la mente y el corazón, ambos sincronizados y abrazando en comunión los sueños, centrados en crecer y en dejar huella.
Tener mentalidad de abundancia es sacar afuera el fulgor de la llama humana y sobrenatural que te habita y poner en marcha ideas y proyectos que hagan sociedad y apalanquen el crecer del pedazo del universo que impactas que puede ser tu familia, la empresa en la que trabajas, el barrio donde vives, la ciudad donde te desarrollas o el país donde estés.
Ser abundante es ser exitoso, desde ya.
La idea del éxito logrado después de mil años de sacrificios, privaciones y tristezas no viene con mi esencia. Para mí el éxito es amar lo que haces y hacer lo que amas, es vivir en coherencia con lo que piensas, crees, dices y haces.
El éxito ha sido vendido por las sociedades de consumo, por muchos años, como un privilegio de pocos, de superdotados, nacidos en cuna de oro o premiados con cualidades fuera de lo normal. El éxito para mí es ser quien quieres ser, sin etiquetas, liberado de creencias que te empequeñecen y te alejan de tu verdadera luz, empoderado por ese miedo que te impulsa a seguir tus pasiones.
El éxito es hacer lo que te acelera el pulso, es no permitir que tu vida se vuelva paisaje, es vivir en armonía, con ganas de levantarte cada día a construir desde tu rol, cualquiera que sea.
El éxito es dormir tranquilo y satisfecho con la labor hecha desde el amor y la fe, esa satisfacción que te deja acariciar la posibilidad de ser excelente cada día, dar lo mejor en cada acción, por simple que sea y con ello acercarte a dejar el recuerdo que anhelas en los otros, en el mundo, en tu mundo.
Mentalidad de abundancia es una estructura de valores al servicio de un objetivo, es vivir en amplitud de generosidad, en amplitud de ideas y de conducta, es decir, en longanimidad, a todo nivel.
El dinero viene por añadidura, el dinero es el resultado del proceso, concebido como la consecuencia lógica de vivir en congruencia del ser-hacer-tener.
Las empresas no pueden ser abundantes si no invierten en generar una cultura que impulse a su gente a ser abundante, a retar su éxito, a medirlo con escala individual, que los invite a vivir desde la constancia, desde la alegría de ser mejor impulsados por el miedo.
Si, las empresas abundantes ayudan a su gente a impulsarse por el miedo, ese miedo a quedarse estáticos, el miedo a no crecer, a quedarse obsoletos y acuñados en el pasado, ese miedo que nos mueve a perseguir las pasiones, esas que deben alinearse con los propósitos de la empresa y su papel de ente aglutinador de sueños y caminos de grandeza.
Salud por las Empresas de cualquier tamaño que ya son grandes en su mentalidad, que practican la abundancia desde sus cimentos y que declaran su éxito desde la confianza en su gente, aquellas que apuestan por la formación, el entrenamiento y el desarrollo de las habilidades y talentos de sus integrantes y caminan abrazados a su misión generadora de proyectos de vida individual y colectivos. ¡Salud!